Que se lo cuenten sino a aquellos que se marcharon por no tener un jefe competente, porque nunca les contaron cual era su "misión" al margen de sus tareas y funciones o simplemente porque estaban sometidos a un horario inexplicablemente inflexible.
Preocupémonos pues de todos esos "salarios" que no son euros, pero que marcan la diferencia entre dos puestos de trabajo aparentemente iguales.
Si somos los responsables, por utilizarlos de manera adecuada y motivante.
Si somos los que lo vamos a disfrutar o sufrir, por exigirlo dentro de nuestras posibilidades.