Hablar de teletrabajo, expresión
que personalmente no me gusta (prefiero trabajo en remoto o a distancia), en
adelante TD, se ha convertido en un tópico con presencia permanente en los
debates y foros enfocados a las mejores prácticas empresariales, para conseguir
lo que siempre hemos perseguido, tener a “la gente” contenta, motivada y
satisfecha en su puesto de trabajo.
A veces se nos antoja difícil
porque en realidad no estamos dispuestos a renunciar a unas creencias y formas
de dirigir que nos han dado muchos éxitos en el pasado y como directivos nos
tiembla el pulso a la hora de tomar decisiones en el sentido contrario, o
diferente.
No voy a decir que todo es bueno
en el TD porqué las personas necesitan el contacto con las otras personas,
sobre todo si se trata de conseguir unas metas comunes. El reto está en cómo
conseguir las dos cosas.
De hecho, buena noticia, durante la pandemia son muchas las empresas que trabajando por proyectos han conseguido resultados extraordinarios iguales o mejores que los que conseguían con la modalidad presencial. Hablo de empresas muy distintas como LEITAT, el centro de investigación en Terrassa, o TOWA PHARMACEUTICAL, empresa líder en medicamentos genéricos, ambas en nuestro entorno y con personas de nuestras características.