Esta mañana me he entrevistado con un empresario del
norte de Europa que se dedica a realizar proyectos de automatización para la manipulación
de líquidos, gases y materiales sólidos en polvo.
Quiere montarse aquí para dar respuesta a importantes
proyectos que ha conseguido en España y el sur de Francia y que pueden ser
liderados desde su país pero tienen que realizarse con personal de aquí, bilingüe
español-inglés o francés.
Este será el inició de una nueva empresa en Barcelona
que va a contratar hasta cuatro ingenieros en una primera fase y que, estoy
seguro, muy pronto contará con una plantilla mucho más amplia y una pequeña estructura
de dirección y comercial para alimentar su propia vida y seguir creciendo.
No somos un país de sol y playa ya hace tiempo. La
industria sigue tirando y por lo menos unos cuantos ingenieros no tendrán que
emigrar en busca de oportunidades.