Algunas afirmaciones relacionadas con las capacidades de la inteligencia
artificial generan, a mi entender, una
gran inquietud, aunque paradójicamente también brindan cierta tranquilidad.
Por un lado, me preocupa que se le atribuyan a la IA unas capacidades que aún
no tiene, anticipando un futuro que no es del todo una realidad (después me
explico) y por otro me tranquiliza ver que muchas de las competencias de las
personas parecen ser, de momento, inalcanzables para las máquinas.
Cuando digo que aún no son realidad algunas de las posibilidades que se
atribuyen a la IA , como que no soy un experto, debo remitirme a los que lo
son, y es que recientemente en una conferencia de la NIT DE LA ROBÓTICA de los
Ingenieros Industriales, el doctor Guillem Alenyà, experto en robótica
asistencial y director de L’INSTITUT DE LA ROBÓTICA I INFORMÀTICA INDUSTRIAL DE
LA UPC, expresaba con detalle en qué punto se encuentran algunas de las
investigaciones de su equipo, como la del robot asistencial que puede dar de
comer con cuchara a enfermos dependientes, y lo lejos que se encuentran aun de
poder replicar el comportamiento preciso de un asistente humano que haga lo
mismo.