Mucho antes de entrar a formar parte de nuestro equipo, nuestros
colaboradores ya están realizando “clics” verdes, naranjas o rojos, por cómo
nos anunciamos en los portales de búsqueda de empleo, por lo que explicamos de
nosotros y de nuestra empresa, por la imagen que proyectamos, por los mensajes
implícitos que enviamos cuando hablamos de nuestros productos, de nuestra
empresa o de nuestra gente.
Nuestros futuros colaboradores siguen clicando cuando reciben la primera
llamada por parte de la empresa, por el tono, por el respeto, por el nivel y
consideración que se le transmite a quien, por el momento, no es más que un
candidato.