lunes, 21 de octubre de 2019

El trayecto de nuestros colaboradores en la empresa


Mucho antes de entrar a formar parte de nuestro equipo, nuestros colaboradores ya están realizando “clics” verdes, naranjas o rojos, por cómo nos anunciamos en los portales de búsqueda de empleo, por lo que explicamos de nosotros y de nuestra empresa, por la imagen que proyectamos, por los mensajes implícitos que enviamos cuando hablamos de nuestros productos, de nuestra empresa o de nuestra gente.
Nuestros futuros colaboradores siguen clicando cuando reciben la primera llamada por parte de la empresa, por el tono, por el respeto, por el nivel y consideración que se le transmite a quien, por el momento, no es más que un candidato.

Llega el momento de la entrevista y el candidato sigue clicando, por cómo se le acoge, por el trato, por la confianza transmitida y por el interés del entrevistador en construir algo más que un dossier de selección interesándose, sin cruzar ningún límite legal, por la persona, su entorno y sus intereses, más allá de los estrictamente profesionales.

Un día el candidato se incorpora, y en el mejor de los casos la empresa dispondrá de un manual de acogida o, como es muy habitual, lamentablemente, ese momento tan importante se dejará al criterio de algún directivo, encargado o mando bajo cuya responsabilidad trabajará el nuevo empleado.
Y sigue clicando…

Así es como un recién incorporado lleva ya en su mochila decenas de clics que pueden ser de muchos colores y van a condicionar sin duda su vida en la empresa.

Va a ser muy difícil darle la vuelta a una batería de clics rojos si aquel que se incorpora, aunque tiene el perfil y las competencias, no está convencido de que la nuestra sea su empresa y a la menor ocasión lo perderemos.
Por el contrario, la energía y entusiasmo propios de aquel o aquella que se incorpora después de haber estado clicando verdes va a propiciar un buen aterrizaje, una rápida incorporación y una fácil integración en la cultura de la empresa, haciendo suyos sus valores y convirtiéndose en otro motor hacia el futuro.

La propia trayectoria de un empleado está llena de clics relacionados con aspectos muy “hard” como los niveles salariales, incentivos, equidades o el propio horario, o con aspectos más soft que tienen que ver con el reconocimiento, la transparencia, los valores, las perspectivas profesionales, el ambiente de trabajo, la flexibilidad, la comunicación o una dirección implicada y facilitadora del crecimiento del equipo y de cada una de las personas que lo componen.

Incluso en los momentos más difíciles la gente clica. Clica cuando por determinadas circunstancias debemos separarnos de algún colaborador y las formas y el talante de esa separación se perciben como correctas y profesionales. Porque cuando alguien se va, los que se quedan piensan que si algún día les toca a ellos la empresa se portará correctamente.

Estos clics, tan de moda en los restaurantes, comercios o servicios de los aeropuertos, cuando se trata de nuestro equipo, en nuestra empresa, marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso, el crecimiento o el estancamiento, la felicidad o cualquier otra cosa mucho menos importante.

Vale la pena pues “diseñar” cada uno de esos momentos “clave” en la relación entre la empresa y las personas que la componen, primero candidatos y después  colaboradores.

Se trata de no improvisar y de que desde el anuncio a la entrevista, pasando por la llamada y la incorporación después, la vida laboral hasta su salida algún día y la propia salida, exista un diseño basado en nuestros valores y nuestro “estilo”, que se trasmitan en cada momento y que creen las condiciones adecuadas para conseguir los más altos niveles de satisfacción laboral, que son ya muchos los  estudios que la correlacionan de forma positiva, sin duda, con los resultados empresariales.

saludos
Francesc



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