La nueva Reforma Laboral de 2012 marca un hito en la
historia de las clasificaciones profesionales aumentando la flexibilidad, la
movilidad funcional y la polivalencia gracias a la aparición de los “grupos
profesionales” que desplazan al baúl de los recuerdos casposos y clasistas a
las viejas “categorías profesionales”.
No sé si todo el mundo estará de acuerdo pero para mí está
claro que es un avance que, junto a la posibilidad de “descolgarse” de
convenios estatales, provinciales o sectoriales, va a ser clave para la mejora
de nuestra competitividad.
De aquí a unos pocos meses, en febrero próximo, será de obligado cumplimiento, aunque me temo que, como pasa muchas veces, no todos estarán a punto y se necesitará algún tipo de prórroga para que se haya producido el cambio en todas las empresas de este país.
El escenario se prepara para que muchas empresas puedan, por fin, aplicar una política retributiva de acuerdo con su realidad.
Es
necesario que los salarios acompañen el negocio y los resultados. Es preciso
olvidar aquella empresa en la que está el empresario por un lado y los
empleados por otro, donde las rigideces de todo tipo hacen que las pérdidas y
los beneficios sean patrimonio exclusivo de la empresa. Todos conocemos casos
en los que conviven salarios de miseria con beneficios empresariales
escandalosos y otros, por el contrario, en los que las empresas se ven
obligadas a cerrar por las pérdidas mientras deben mantener salarios
que no se “enteran” de la crisis hasta que los empleados se ven en la calle.
Había que hacer algo y se ha hecho. No todo está mal.
Esta situación va a permitir a muchas de nuestras empresas establecer políticas retributivas para cada una de las categorías profesionales, descolgándose, si es necesario, de los convenios, cuando estos, pactados al nivel que sea, no reflejen nuestra realidad.
También podremos hacerlo cuando nuestra situación, por las
causas que sea, difiera de la de la media del sector y no nos interese
homologarnos con nuestra competencia en cualquier sentido.
Que nos permitan hacer nuestra propia “devaluación de la peseta” en sentido figurado no es mala cosa, siempre que, una vez salgamos adelante tengamos mecanismos preparados para que aquellos que se han estrechado el cinturón cuando tocaba participen también de los beneficios en la medida correcta.
Ajustar salarios a la realidad empresarial, en la salud y
en la enfermedad, no parece una mala política si sabemos utilizarla bien.
Ahora tenemos la posibilidad de establecer políticas retributivas más avanzadas, donde los grupos profesionales se puedan equiparar a unos niveles salariales de referencia y donde las diferencias entre los puestos de un mismo grupo sean el resultado del desempeño o de la valoración específica que se haga de la mejora de alguna competencia estratégica para la empresa.
Son muchas las empresas que a lo largo de su vida han
consultado para realizar una valoración de puestos de trabajo y no se han
decidido porque pensaban, en algún caso con razón, que aquello no les iba a
solucionar nada vital porque estaban en un camino único del que no podían salir
y que tener información sobre la equidad interna era interesante pero no iba a
poder cambiar nada substancial en la política retributiva de su empresa.
Con la nueva reforma laboral esto cambia. Podemos abrir nuestro propio camino. Podemos realizar una valoración de puestos de trabajo y de grupos profesionales de acuerdo con las titulaciones, funciones, responsabilidades y características propias de cada grupo, fijando unos niveles salariales de referencia y poniendo en marcha, por fin, una política de objetivos y evaluación del desempeño que nos permita establecer unos salarios variables ligados a la realidad de la empresa, en todos los sentidos.
Estamos en el buen camino... al menos en esto.
Saludos
Francesc
¿Que significa que el descuelgue de convenios colectivos va a mejorar la productividad?
ResponderEliminarEstos descuelgues solo significan desprotección para muchos colectivos profesionales, que verán como las decisiones empresariales "para aumentar la productividad" pasan por crear abusos y desigualdades sobre los trabajadores.
Mientras sigamos creyendo que aumentar la productividad pasa por reducir los derechos de los trabajadores no se conseguirá aumentar (tan solo se aumentaran los beneficios, reduciendo el coste laboral). El primer paso es que los empresarios tome la responsabilidad que les corresponde, la reinversión, y no la acumulación de beneficios.
Carlos , es seguro que existen empresarios desaprensivos como existen empleados indiferentes a las dificultades de la empresa, beneficios empresariales increibles con salarios de miseria y empresas que cierran haciendo frente a sus compromisos con perdida total de patrimonio de sus accionistas, colaboradores implicados con la empresa, sindicalistas con vocación de servicio honesta y real y defraudadores camuflados de sindicalistas para conservar el puesto de trabajo con una aportación y esfuerzo mínimos. Todos los que llevamos años en esto sabemos que esto es así y justamente se trata de que el legislador haga bien su trabajo para defender los intereses de todos de una manera justa y equitativa. Tampoco es fácil porque aqui está todo bastante politizado y cuando sube un gobierno de un color sabemos lo que podemos esperar y si el color es otro, pues también. Es lo que hay y en ese escenario nos movemos esperando tomar las mejores decisiones en nuestra empresa aprovechando el marco legal de turno y te garantizo que conozco muchos más empresarios modelicos en su trato y politica retributiva respecto a los empleados que de los otros.
ResponderEliminarEs mi experiencia.
Es bueno debatir.
Un abrazo
No conoces muchas empresas pues. Como técnico en MÉTODOS Y TIEMPOS, te puedo decir que la mayoría de empresas españolas no se esfuerzan en optimizar sus recursos, es mas, se convierte en un vicio la perdida de productividad por mala gestión y planificación de los mismos. Todavía existen un gran número de empresas que confunden la inversión con el gasto, invertir en seguridad, nuevas tecnologías, etc. les resulta un gasto, sin valorar los beneficioso de lo mismo. Conozco empresas de todo el territorio nacional y por donde voy me encuentro con empresarios poco dispuestos a apostar por el futuro (por el futuro que ellos desean sí pero por el futuro que dinamice y fortalezca a su empresa no),
EliminarSeguramente, como dices , las hay, y mi experiencia esta bastante sesgada por haber tenido la suerte de trabajar en empresas donde el rigor y la eficiencia eran bandera.
EliminarCreo que el tamaño de empresa aqui es bastante decisivo. Te aseguro que las empresas internacionalizadas, multinacionales o de cierto tamaño estan superinteresadas en eso que tu dices no interesa.