En las últimas décadas, hemos sido testigos de un cambio radical en el ámbito laboral, marcado por la entrada de los millennials y la Generación Z al mercado de trabajo.
Estas generaciones, moldeadas por la tecnología y el acceso a información global, tienen una perspectiva más holística de la vida y están redefiniendo las normas tradicionales del empleo.
Para ellos, trabajar para vivir es una filosofía central, en contraste con las generaciones anteriores, que a menudo vivíamos para trabajar.
Este cambio ha obligado a las empresas y a los departamentos de Recursos Humanos a replantearse cómo atraer, desarrollar y fidelizar a los/as mejores profesionales en un entorno laboral complejo.