Hace unos años nos llamó una
importante empresa fabricante de artículos deportivos que acababa de
implementar SAP y sus directivos estaban desesperados con la planificación.
Desde que se implantó el nuevo
sistema los retrasos en fabricación y entregas a clientes iban de mal en peor y
prácticamente se había abandonado la idea de planificar por SAP y se seguía dependiendo
de enormes tablas Excel manejadas de forma personal por los responsables de
producción.
Cuando pasan estas cosas, nunca
es el SAP, como veremos.
Nuestra propuesta fue enviar a la
empresa a un Ingeniero en régimen de Interim, durante seis meses con dos objetivos:
1-
Eliminar los retrasos en fabricación y mejorar las entregas a clientes.
2-
Poner en marcha la planificación en base a SAP y
acreditar el sistema eliminando las famosas tablas Excel
Todos se extrañaron cuando les
propusimos un ingeniero muy experto en planificación de producción pero que
desconocía SAP.
De hecho, nunca nos planteamos
que tuviera que conocer SAP porque sabíamos que los problemas nunca vienen por
ahí sino por el entorno, y así fue, también, en este caso.
Está claro que si hubiese
conocido SAP, pues mejor, pero no era lo esencial.
Nos planteamos un proyecto en el
que se iba a trabajar el entorno y quizás al final nos pondríamos con el sistema.
Ir al SAP directo hubiese sido
como entrar en un quirófano a operar a corazón abierto sin verificar que los
bisturís están en su sitio y en condiciones, que tenemos lo que hará falta
durante la operación y que al final tendremos el hilo y la aguja o lo que sea
para cerrar.
Así que después de unos días “viviendo”
los problemas de planificación al lado del planificador, viendo lo que recibía
y lo que daba el sistema , corroborado lo que se nos había dicho , que al final
lo que mandaba era el Excel y nadie se fiaba del SAP , que se “mantenía” por
pura inercia , pasamos a la acción.
El entorno “planificador” estaba
compuesto por:
·
Unos escandallos
·
Unos estocs de componentes o semi elaborados en fábrica
·
Otros en casa de los proveedores o “viajando”
hacia la fábrica
·
Unos estocs de productos acabados
Otros elementos menos tangibles como
·
Productos en curso de fabricación en fábrica
·
O en casa de los proveedores
Y aun más lejos
·
Pedidos a proveedores de componentes o semi elaborados
Finalmente teníamos
·
Los pedidos de clientes pendientes de servir
Sin entrar en detalles sobre
criterios de planificación con capacidad finita o infinita y para que sirve en
cada caso , solo quiero decir que nada funcionaba, los encargados ponían las
ordenes de fabricación en marcha y actuaban por el método de prueba y error : “podemos
montar … montamos” .. “no podemos montar… esperamos y reclamamos lo que falta
dejando la serie a medias “... en fin, como podemos imaginar era el más
ineficaz de los sistemas, más propio de un taller artesanal que de una fábrica.
Os aseguro que el SAP funciona,
como casi todos los MRP de buen nivel, pero no puede funcionar si pasa lo que
allí pasaba y que corregimos durante esos meses:
Empezando por los escandallos, se
detectaron un buen número de ellos que tenían errores. No contemplaban las
últimas modificaciones del los conjuntos y sus componentes, de manera que, aun
estando los estocs bien, nunca podíamos montar de acuerdo con el escandallo
porque sobraba una chaveta, faltaba un pasador o la tapa de no sé qué parte no
llevaba el agujero de engrase adicional que se decidió en la última modificación
para mejorar las prestaciones.
Las quejas en montaje eran
frecuentes pero ya se habían habituado a tirar la chaveta a una caja, tenían preparados
los pasadores que no figuraban en el escandallo y el agujero de la tapa que tenía
que venir de fábrica lo hacían en el montaje perdiendo un tiempo precioso y con
posibilidades de error y peor acabado porque no era la manera de hacerlo.
Pusimos “deberes” al director
técnico para recoger todas las observaciones del departamento de montaje para
llevar las modificaciones a los escandallos y a los planos y dimos “ordenes”
tajantes para no poner en marcha ninguna orden de montaje sin la asistencia de
la oficina técnica, previa al lanzamiento, y verificados los planos y
componentes hasta el último detalle.
Esto no se arreglaba en seis meses
pero si en cuanto todos los conjuntos hubiesen pasado una vez por montaje.
Al mismo tiempo se implantó un
procedimiento para asegurar que cualquier modificación o mejora sugerida por
fábrica se reflejara inmediatamente en los planos y escandallos con las
actualizaciones y registros correspondientes.
De hecho, ya estaba, pero no
funcionaba.
El problema de los escandallos se
reflejaba también en los estocs, porque jamás cuadraban y cuando se lanzaba una
orden había que verificar previamente la existencia de los elementos necesarios
para el montaje.
Estando establecidos los controles
de entrada y salida y arreglados los escandallos (ya que el sistema “descontaba”
automáticamente los elementos necesarios para el montaje), en adelante este tema
se arreglaría solo.
Los estocs “teóricos” en casa de
los proveedores, que suponían un valor importante porque muchas de las
operaciones finales del proceso del proveedor definían el producto final y existían
enormes cantidades de semi elaborados a falta de una fase, se inventariarían periódicamente.
Otro elemento fundamental eran
los plazos de entrega de estos proveedores, ya que los “lead times” eran teóricos
y no se cumplían la mayoría de los plazos.
Teniendo en cuenta que SAP contaba
lo que tenía más lo que le llegaría mañana para poder montar pasado, si no
llegaba ya estába el lio montado.
Y el lio era permanente.
Era pues imprescindible una reunión
con los proveedores para explicarles que se acabó la fiesta, un plazo es un
plazo y si los tiempos que nos aseguraban no se podían cumplir, los estudiaríamos,
pero no nos íbamos a seguir engañando más.
Obviamente, alguno tenía que “apretarse”
para cumplir si quería seguir trabajando para nosotros.
El ajuste de los tiempos de
entrega y su entrada al sistema llevó unas semanas pero el sistema mejoró de
manera increíble.
Después de hacer un inventario
general para marcar un punto cero, casi montábamos siguiendo las previsiones
del SAP.
Nos quedaba algo sin embargo. Los
plazos de entrega dados a los clientes y los criterios para marcar estos
plazos.
Podíamos hacer todo bien pero no
podíamos hacer imposibles.
Se habló con los comerciales, que
empezaron a dar plazos después de consultar con Planning… SAP, con la sorpresa
de que podían dar plazos más cortos y SE CUMPLIAN!!
Se pasó de trabajar con un mes de
estoc a solo veinte días, se erradicaron las tablas Excel del departamento de
planificación, se mejoraron los plazos de entrega y se empezó a trabajar con un
“máster” de planificación semanal que se ajustaba cada lunes a nivel de fábrica
y un “máster” de planificación mensual que se ajustaba cada final de mes con el
departamento comercial.
Estoy seguro de que de no ser por
la formula “Interim Management”, si la empresa hubiera optado por una “task forcé”
interna, con más voluntad que tiempo para dedicar al proyecto , hubiese tardado
el doble o no se hubiera hecho nunca.
Es la fuerza del Interim
Management.
Saludos.
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