Se habla cada vez más de la importancia de este tipo de profesionales a causa de la complejidad creciente de nuestras empresas y en consecuencia de la necesidad de que los Directivos sean capaces de comprender muchos escenarios y manejarse bien en diferentes ámbitos, tanto en la gestión del día a día como en la toma de decisiones estratégicas.
El adjetivo “hibrido”, sin embargo, admite
muchas definiciones. Alguna de ellas derivada de la nueva tendencia en el
sector auto, que define como tal a todo vehículo de propulsión
alternativa que combine un motor eléctrico y un motor de combustión. Pero
también es “hibrido” un organismo procedente del cruce de razas o especies
de cualidades diferentes. Resumiendo, todo lo contrario de un especialista.
De forma genérica, en nuestro caso, híbrido se aplica a aquellos profesionales que han desarrollado competencias fuera de su área principal de especialización: un médico que haya trabajado en organización, un abogado formado y experto en finanzas, un economista que ha orientado su carrera a la Dirección comercial o un Ingeniero Industrial que empezó como técnico pero pronto orientó sus pasos hacia la Dirección General, financiera, comercial o, por qué no, de recursos humanos, que los hay.
Los ingenieros industriales, esos desconocidos, (basta teclearlo en imágenes Google
y ver el amplio abanico de cosas que aparecen) han gozado, eso sí, desde siempre, de un prestigio y un reconocimiento que no se corresponden con lo que en general se conoce sobre su actividad.
Son muchos los que ocupan cargos de
responsabilidad en grandes empresas y en diferentes ámbitos y una de sus
características, que tiene bastante que ver con lo que estudiaron, es la
capacidad para resolver problemas complejos junto con un pensamiento
estructurado y lógico así como la capacidad de integrar muchas disciplinas.
Probablemente los Ingenieros Industriales se encuentran entre los profesionales menos especializados, porque, aunque la mayoría empiezan su carrera desarrollando funciones técnicas (casi un 90 % entre proyectos, operaciones, logística, calidad o áreas TIC), más adelante, en su etapa de madurez profesional, alrededor del 50% siguen trabajando como técnicos y desarrollando este tipo de funciones con mayor o menor responsabilidad pero la otra mitad los encontramos ejerciendo funciones directivas en diferentes ámbitos.
Por cierto , aconsejo a todos ellos se certifiquen AQPE como profesionales de la ingeniería, añadiendo a su titulación y bagaje profesional un certificado de sus competencias profesionales por entidad acreditada, siguiendo la linea del modelo anglosajon en un mundo cada vez mas desregularizado donde conviene distinguirse y trabajar una marca personal. También los ingenieros debemos hacerlo.
Siguiendo con el tema "hibridos" y utilizando pues la terminología al uso, podríamos decir que los Ingenieros Industriales son “híbridos” por naturaleza, en el mundo profesional y directivo. Y es que esa complejidad de sensibilidades, materias y ámbitos, que es necesario dominar para poder hacer frente a las necesidades cambiantes en el mundo de la empresa, va envuelta a su vez en una complejidad tecnológica creciente que requiere una gran capacidad del manejo de datos y de las herramientas de gestión. Terreno éste en el que los ingenieros han demostrado históricamente la máxima competencia.
Es buena noticia, por otro lado, que en un mundo de creciente especialización donde encontramos puestos de trabajo con denominaciones imposibles como “audience solutions marketplace manager”, se identifique como estratégico un pensamiento global y generalista, que en definitiva, probablemente, nunca dejó de serlo.
Y es que de la misma forma que considero un error la fijación de catorce objetivos en cualquier organización, también me parece un error orientarse a uno solo, poniendo en el centro al cliente, la cuota de mercado, la calidad, la seguridad, el servicio o el EBITDA.
Los planes a medio y largo plazo, la “visión” y la estrategia no la vamos a estar revisando cada día, por lo que, dando por supuesto que esa orientación existe, la excelencia empresarial pasará por la conjugación adecuada de esos y otros factores y necesariamente de la aportación de profesionales capaces de entender el conjunto y de tomar en cada momento las decisiones más adecuadas.
Saludos
Francesc
Badalona 27 marzo 2016
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