lunes, 29 de febrero de 2016

EXPATRIADOS Y COMPENSACIÓN TOTAL

Hace unos días he tenido el placer de impartir un breve seminario en AMEC sobre el tema de la Compensación Total, la Internacionalización y los expatriados.
Van quedando atrás aquellos llamados “paquetes retributivos para expatriados”, entre otras cosas porque la experiencia internacional se va considerando, cada vez más, una contribución al plan de carrera y no un castigo, una ventaja en vez de un inconveniente, una diferenciación, un valor.

También es cierto que no es lo mismo Paris que Marruecos, con todos los respetos. No solo por el aspecto cultural, la forma de vida y el confort personal, sino sobre todo por las posibilidades de contactos y relaciones que uno puede establecer en la capital francesa y donde, en caso necesario, y en otro orden de cosas, sería mucho más fácil decidir llevarse con uno a la familia.

El caso es que las empresas siguen expatriando directivos y técnicos, se siguen preocupando poco o nada por la consabida repatriación, y sigue siendo un tema de altísimo interés el cómo tratamos, como nos relacionamos, en definitiva, cómo “cuidamos”, a esas personas que tenemos a miles de kilómetros de distancia.

No hay recetas. Hay buenas prácticas, recordando aquello de que no hay que tratar a los demás como nos gustaría ser tratados a nosotros mismos, sino que hay que tratarlos como “a ellos” les gustaría ser tratados.

Está claro que según el nivel de competencia en iniciativa o de autonomía del expatriado, unas cosas funcionarán mejor que otras, pero sin duda, todo lo que vamos a comentar aquí es válido en general.

Recordando los ejes fundamentales que componen lo que llamamos “Compensación Total” y resaltado en rojo aquellos elementos especialmente sensibles para estas personas:


Podemos asegurar que:

Más que nunca, cuando te encuentras expatriado, tienes la necesidad de conocer de forma clara la política de la empresa, para poder relacionarte y comunicarte adecuadamente con las personas, por conocer aquello que es fundamental respetar, por el propio confort personal de sentirte seguro y pisando terreno conocido en la empresa aunque te encuentres pisando un terreno poco conocido en términos estrictos.

Cada vez es más frecuente que la propia expatriación forme parte de un plan de formación, y es bueno tomarlo como una experiencia formativa de gran valor, independientemente de cómo lo haya considerado la propia empresa.

La comunicación pasa a ser el elemento fundamental de éxito sin lugar a dudas.
Siempre recuerdo la primera conversación que tuve con el Presidente de IMETAL (después IMERYS), René Mitieus en el año 93 cuando me contrataron para dirigir la filial ibérica: “… francisco, tous les jours un coup de fil “(llámame cada día), dijo, antes que nada. Al principio me pareció demasiado, pero después fue un hábito y al final una necesidad. Nos llamamos también en junio del 96 para hacer una “porra” por el Francia–España de la Eurocopa, que empataron. Al día siguiente nos llamamos dos veces y hablamos de tejas y de futbol. Estuve con ellos hasta el 2006 en que se acabo esto de la construcción en España, vendieron y se fueron.

La delegación y la confianza también son clave cuando estás a miles de kilómetros de distancia, y esos son elementos que no se “declaran”, sino que se practican y los resultados son espectaculares.

Eso de que sembrar confianza sirve para recoger compromiso es una verdad como un templo (casi siempre).

La transparencia, en los dos sentidos también es un alimento necesario para el éxito de la misión. Desde la central a la filial por descontado, pero desde la filial a la central es imprescindible y definitivo. Hay que compartir inmediatamente lo bueno y lo malo.

A veces tenemos “tentaciones”, desde la distancia, confiando en nuestras propias fuerzas y en nuestro equipo, de pensar que seremos capaces de controlar una situación difícil y que “no hace falta “molestar”. Gran error. Somos un equipo y pensamos mejor juntos cuando hay un problema. Incluso la objetividad de la distancia es una ventaja a veces para tomar una decisión en destino.

Que en estos casos, conocer de forma clara que se espera de nosotros es fundamental, es casi una obviedad. No podemos equivocarnos respecto a la misión, responsabilidades, perímetro decisional y objetivos. Siempre es así, pero en este caso, más que nunca.

Otras cosas que ayudan son las nuevas tecnologías que permiten un contacto casi permanente, el propio “reporting”, la posibilidad de realizar reuniones allí para “visitar” y acompañar al mismo tiempo. Los viajes de vuelta para participar en temas transversales relativos a cualquier área funcional. La preparación de los presupuestos, motivo de contacto y trabajo conjunto para definir el futuro de la filial.

Y no hemos hablado de salarios porque aquí no hay nada escrito. Desde trabajar con curvas en “U” con parámetros país para determinar el nivel retributivo necesario en destino para mantener o incluso mejorar ligeramente el nivel de vida aquí, hasta incentivos por expatriación, todo es válido, siempre que la retribución tenga un nivel “higiénico” en su parte fija y beneficios extra salariales y se pueda completar con incentivos en función de resultados o desempeño que serán el verdadero eje de motivación  en materia salarial.

Compensación es todo lo otro, intangible muchas veces, pero absolutamente imprescindible para el éxito de la misión.

Finalmente, hay que buscar motivos para celebrar juntos. En las ventas, en la seguridad, en las operaciones.

Acordémonos de celebrar y felicitarnos.

Saludos
Francesc

 
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