Las
competencias son cada vez más importantes que la experiencia y eso supone una
verdadera oportunidad para las generaciones jóvenes.
De
hecho, a la velocidad a la que van las cosas, no hace falta comentar lo absurdo
que sería un anuncio que dijera: “… se busca ingeniero para trabajo en equipo multidisciplinar
como body part maker…”. Se requiere
experiencia.”
Las
empresas de selección descartaban hasta hace poco a los candidatos inquietos, móviles,
curiosos, cuyo currículo reflejaba saltos continuos de una a otra posición.
Esto ha cambiado y la curiosidad se paga en positivo, se busca, interesa.
Interesa
cada vez más saber cómo son las personas, qué hacen, a qué se dedican, cuantas
facetas tienen y como enriquecen su vida y la de los que les rodean.
Os
invito a entrar en la web ENHANCV,
donde podéis encontrar un modelo de currículo como el de Marisa Mayer, la CEO
de YAHOO, y veréis que se define como alguien que hace sombras porque está en
la luz. Explica en qué cree y a que dedica su tiempo. Por cierto casi
perfectamente repartido entre los accionistas de YAHOO que confían en su equipo,
su equipo y colaboradores, para mejorar como hacen las cosas cada día en la
empresa, y sus hijos. Eso es lo que interesa.
AQPE,
la agencia de certificación de Professional
Engineers, va por el mismo camino. Es interesante lo que sabes y lo que has
hecho, pero en muchos casos eso acaba siendo una condición necesaria y no
suficiente que se tiene que completar con las competencias y aún
estamos en una sociedad en que cuando se habla de competencias se tiende a
pensar, especialmente en el ámbito de los ingenieros, en el “estar habilitado”,
“tener el título”… “poder firmar”.
Gran
error porque actualmente cuando hablamos de competencias lo hacemos en términos
de actitud, ética, capacidad de liderazgo, de planificación y gestión de
recursos, o incluso de capacidad de comunicación y venta de un proyecto para
encontrar inversores y convencer de la bondad del mismo.
Hace
poco comentaba con un buen amigo conocedor del mundo de las empresas químicas que,
aunque en la clasificación profesional de puestos que figura en el convenio
colectivo del sector existe el nivel 1, que se corresponde con puestos de
trabajo que básicamente manipulan ,
llenan, vacían y mueven cosas, cada vez son menos las empresas que seleccionan
o tienen personal encuadrado en ese nivel porque el mínimo nivel profesional
exigido y deseado para cualquier persona de la organización contempla ya unas exigencias mínimas en cuanto a iniciativa y autonomía que le permita aportar un mayor
valor a su puesto de trabajo, mientras que aquellas funciones tan básicas se
realizan a través de automatismos, manipuladores o robots.
No
es que me gusten las grandilocuencias; más bien nada, pero dejadme decir que la
misión final de los ingenieros y de los profesionales en general, debe estar
orientada a mejorar las condiciones de vida de las personas. Todo lo que no
vaya por ahí no interesa. Por lo tanto es cada vez más necesaria una visión
holística de la vida y de la realidad, que contemple, de forma amplia, lo que
significa eso. Desde la pirámide de las necesidades básicas hasta el
tiempo libre, considerando el entorno, las condiciones económicas, el estado de
la técnica, las tendencias y los deseos de las personas.
Profundizando en estas ideas se generan curiosidades como la importancia creciente que adquirirán
las actividades extra-escolares de los niños como mejora de sus competencias no
exclusivamente académicas y que en muchos casos serán determinantes en su
actividad profesional futura.
En
general coge fuerza el hecho de llevar una vida rica en el ámbito del cuidado
personal, el enriquecimiento cultural, el servicio social, el fomento de la interculturalidad,
viajar, o interesarse por otras disciplinas. En definitiva, mejorar nuestras competencias.
Os
invito a reflexionar sobre todo esto y a hacer los comentarios que consideréis.
Un
abrazo
Francesc
Destaco especialmente el siguiente párrafo: "Las empresas de selección descartaban hasta hace poco a los candidatos inquietos, móviles, curiosos, cuyo currículo reflejaba saltos continuos de una a otra posición. Esto ha cambiado y la curiosidad se paga en positivo, se busca, interesa."
ResponderEliminarCada vez más, se valora qué aportamos cada uno de nosotros (y no qué puesto tenemos).