Esta semana he tenido la ocasión de visitar Marruecos coincidiendo con el President Mas y su grupo en la inauguración de la nueva planta de RELATS en Tánger.
La última vez que estuve en la zona fue para visitar una fábrica de grifería hace unos diez años y algunas cosas no han cambiado pero otras si lo han hecho y mucho.
Lo primero que se ve al llegar es que Tánger está lleno de grúas y viviendas en construcción, algunas de ellas de protección oficial, que se venden a los marroquís (los VPO) a un precio aproximado de 220.000 Mad (20.000€), que equivaldrían a unos 60.000 € con salarios de aquí, ya que un marroquí que trabaja regularmente cobra alrededor de unos 4.000 Mad al mes, (unos 400€).
Me ha llamado poderosamente la atención el hecho de que los edificios se construyen en medio de los campos antes de urbanizar, que muchos de ellos están sin ocupar y que crecen en todas partes de una manera aparentemente desordenada, por lo que algunas voces ya se han levantado para denunciarlo y tratar de parar la especulación y es que si se les deja llegarán hasta la costa, que por el momento se mantiene deliciosamente virgen en la mayoría de los casos.
Por otro lado, parece ser que el gobierno de su majestad (y éste si que manda allí) ha obligado a los bancos a dar créditos a la población para poder comprar esos pisos, asumiendo el riesgo de impago que existirá en muchos casos, porque la causa lo vale, y es que (digo yo) un marroquí que se comprometa a comprar su casa nueva va a “ordenar” su vida laboral necesariamente para hacer frente a su hipoteca o como se le llame allí y eso va a ser bueno para el país.
Me ha gustado mucho comprobar la enorme profesionalidad de los trabajadores/as que he conocido en la planta de RELATS, fiel reflejo de la filosofía de la firma, pero también de la capacidad de la población marroquí de adaptarse y mejorar.
Hace unos años se formaban largas colas de potenciales trabajadores en las entradas de las fábricas, que se ofrecían para ocupar el puesto de los que no venían a trabajar porque el absentismo o el abandono del puesto de trabajo estaban a la orden del día.
En la zona franca de Tánger existe un magnífico proyecto, que ya es realidad, al que prácticamente se llega a pie desde el aeropuerto y donde se encuentran firmas como Lear, Delphi… y ahora también Relats, formando un potente clúster industrial que sigue desarrollándose y creando puestos de trabajo de calidad.
Haciendo un poco de turismo también he podido visitar la “casbah” y me ha gustado ver que no ha cambiado nada: desorden total, gallinas por la calle, pequeñas y antiquísimas tiendas, gente que se detiene para saludarse, una sensación de tranquilidad y seguridad y de estar rodeado de buenas personas que viven en un mundo aparte. Nada que ver con la especulación urbanística que se observa alrededor y que hace temer no les pase lo que a nosotros en lo referente al ladrillo.
Una anéctoda divertida la protagonizó uno de esos vendedores ambulantes tan pesados pero auténticos, diciendome, en un alarde de honestidad cuando me quería vender un Breitling por 30 euros: "... bueno ... no es verdadero eh!".
Volviendo al tema industrial, coincido con lo que dijo el President Mas respecto a la conveniencia de instalarse allí y en cualquier otro país que ofrezca oportunidades, como respuesta a algunas opiniones en el sentido de que el capital y los esfuerzos que invertimos fuera van en detrimento de reforzar el tejido industrial nacional. Me sorprendió la necesidad de realizar este comentario por su parte porque yo creía que todos estábamos de acuerdo en que después de exportar, que es el primer paso, toca internacionalizarse y eso es bueno.
Las empresas con sede en nuestro país y filiales fuera son las más fuertes porque compiten a nivel mundial, tienen plantas en varios continentes y esas múltiples “patas” les dan una gran estabilidad y unas posibilidades enormes de crear riqueza también aquí.
Como muestra quiero apuntar un reciente estudio salarial realizado por ICSA, segmentado por:
· empresas internacionalizadas
· empresas únicamente exportadoras
· empresas con actividad y presencia solo aquí.
Este estudio, que presentaremos muy pronto con AMEC, muestra las notables diferencias entre este tipo de empresas en materia salarial, siempre salvando las distancias de tamaño, sector, actividad e incluso comunidad autónoma.
Veremos que las empresas internacionalizadas tienen mejores salarios porque acaban reclutando a los mejores y disponer de los mejores es asegurarse el futuro.
Saludos desde Tánger
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