jueves, 28 de marzo de 2013

CASO 1 - MEJORA DE COMPETITIVIDAD GRACIAS A LA REFORMA LABORAL - EMPRESA CERÁMICA


Hace unos “posts” comentaba alguna de las ventajas que la Reforma Laboral del 2012 aportaba a las empresas en materia de flexibilidad relacionada con la eliminación de las “casposas” categorías profesionales y el paso a los “grupos profesionales”. No insistiré pues en ese tema, ya largamente debatido, pero sí me gustaría, después de unos meses de aplicación de la ley y de haber vivido en primera línea algunas experiencias en empresas que van a superar una difícil situación gracias a la misma, explicar el qué, cómo lo han hecho y qué han supuesto estos cambios para su competitividad.
Todo son casos reales, algunos están resueltos, otros están en curso de aplicación y algunos otros son proyectos que espero se resuelvan en los próximos meses, pero seguro que tienen interés porque pueden representar situaciones que os son familiares y de las que podeis sacar ideas para aplicar en vuestras empresas...
Como son muchos casos, voy a explicar uno por post, así que os prometo (o amenazo… no se)  que habrá otros, porque será más útil y menos pesado.
Empezaré por un caso que no es de ahora pero que ilustra perfectamente la ventaja de los grupos profesionales frente a las categorías.
No sé qué pasa que últimamente hablo mucho de IMERYS porque “colillas en la arcilla” se inspiraba también ahí, pero es coincidencia.

Hace ya unos años me ocupaba de la Dirección del grupo IMERYS en España y Portugal y teníamos el proyecto de una nueva y moderna planta para la fabricación de tejas cerámicas en Almansa. Como veis en el plano adjunto, la planta nueva, COLLADO II se ubicó en unos terrenos permutados al ayuntamiento, separados de la antigua cerámica únicamente por la vía del tren bajo la que construimos un túnel (tema muy interesante, por cierto, que algún día os explicaré en detalle).
Estaban pues de lado, y allí siguen, pero lo que quiero explicaros son las grandes dificultades que tuvimos inicialmente para componer los equipos de trabajo para la nueva planta por culpa de las dichosas categorías. El tema se resolvió bien gracias a la “categoría” como personas y como profesionales de los trabajadores de COLLADO, pero estuvo a punto de romperse por culpa de algún sindicalista que él en si mismo era un problema para COLLADO y también para la Dirección del sindicato en Castilla La Mancha, gente de la que guardo un grandísimo recuerdo  porque hicimos país dejándonos de tonterías. Pero la ley nos lo ponía difícil.

Para los no conocedores, deciros que las plantas cerámicas funcionan en continuo 24 horas los 365 días por año y en 3 turnos de 8 horas, con un mínimo de cuatro equipos para poder realizar las rotaciones durante los siete días de la semana o con cinco equipos algunas veces, dedicando, en este caso, las horas sobrantes a realizar tareas de mantenimiento o limpieza, muy necesarias en este tipo de industria.

También que este es un oficio muy antiguo que ha mantenido hasta ahora una estructura de categorías profesionales a tal nivel de detalle que el “hornero” es “hornero” y el “encañador”… “encañador”.

El proyecto era componer equipos mixtos, con gente experta de la antigua COLLADO I y nuevos contratados. Como consecuencia también completaríamos los equipos de la planta antigua con gente contratada sin experiencia pero que con el apoyo de los de toda la vida iban a poder realizar el trabajo con garantías.

Además decidimos que los nuevos contratados tendrían una formación mínima de FP2 en electricidad o mecánica, con lo cual enriquecíamos la plantilla con gente preparada, poco conocedora del oficio, pero que completaba las competencias de los operarios de toda la vida que conocían el oficio desde pequeños pero carecían, en la mayoría de los casos, de una formación académica cada vez más necesaria puesto que en la nueva planta había más de veinte robots que realizaban las labores más penosas como el encañe el desencañe o el paletizado de las tejas.
Un primer intento de “mezclar” nuevos y antiguos topó con la dificultad de encontrar los nuevos “horneros” y “encañadores”. Un tema que os aseguro era más formal que real porque muchos de nuestros encañadores conocían perfectamente el horno y por descontado los “horneros” estaban perfectamente cualificados para realizar las tareas de encañe o desencañe.
Como he explicado todo se resolvió perfectamente pero perdimos jornadas enteras discutiendo el tema en vez de dedicarlo a la verdadera organización de la planta y a la formación de los “nuevos”, que falta nos hacía.

Sinceramente no sé cómo está el convenio de tejas y ladrillos para el 2013 pero está claro que esas categorías tienen los días contados y se van a formar los llamados Grupos profesionales, donde los criterios de agrupación tienen más que ver con la formación y la responsabilidad que con el hecho de vigilar o supervisar un horno o descargar tejas o ladrillos con redactados como este: 
“… Rendimiento de un hombre en una hora para huequería, ladrillo macizo y bovedillas: 1.400 kg...”

Observad que habla de un “hombre”. Ya solo por este hecho se adivina un texto obsoleto desde el punto de vista de la igualdad, de la evolución de la técnica y de la más mínima lógica de una organización moderna.
  
Supongo que cuando aparezca el nuevo convenio que no he podido encontrar y que por estar apartado del sector no sé en qué fase está, los grupos profesionales hablaran más bien de operarios de planta con responsabilidades de producción, técnicos cualificados en materia de instalaciones del tipo que sea o personal de verificación y control entre otros, pero nunca más de conceptos “microorganizativos” y obsoletos en el tiempo y en el espacio como encañadores o toreros… espero!!

Aprovecho para invitaros a una presentación que se realizará el día 16 de Abril en el colegio de Ingenieros donde se comentaran casos como este y se repasará también la cobertura legal necesaria para asegurarse del buen fin de los cambios propuestos. Aquí tenéis el link para inscribiros si lo consideráis de interés:

Saludos
Francesc

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