“... no
podemos decidir los vientos pero si orientar las velas” ,“... no
hay ningún viento favorable si no tenemos claro a donde vamos”,“... la
peor decisión es no tomar ninguna decisión”
… y
otros símiles, más o menos marineros que me aburren por no decir que me
molestan profundamente.
Y es que no hay nada más triste que evocar frases vacías y tópicas, clichés poco reflexionados que no aportan nada salvo la satisfacción del ego del que las pronuncia.
Y es que no hay nada más triste que evocar frases vacías y tópicas, clichés poco reflexionados que no aportan nada salvo la satisfacción del ego del que las pronuncia.
También yo he caído en la tentación a veces, así que no hablo de los “otros” sino de todos en general.
Y es que si lo pensamos bien, lo de no poder decidir los vientos es una visión muy triste y pobre de la realidad y si lo único que nos queda es poder orientar las velas vamos listos ...
Lo de los vientos favorables es absolutamente discutible porque siempre he pensado que la Dirección es un buen equilibrio entre la planificación más o menos ordenada y un punto de riesgo, de intrepidez y de iniciativa sin controlar el cien por cien de los parámetros.
Nunca olvidaré los consejos del Sr. Josep Mª Costa, “guru” de BENDIX cuando yo empezaba y como ingeniero quería tener todo bajo control: “… así Francesc no avanzarás nada… cuando tengas el 60 o el 70 por cien de los argumentos decide porque el 80 por cien quizás tardes años en tenerlos y la oportunidad habrá pasado y el 90 por cien olvídate! que eso no existe”. Siempre he intentado hacerle caso.
Por último, eso de que la peor decisión es no tomar ninguna es por lo menos una simplificación fácil y una frase más o menos agradecida. Desde luego que hay que tomar decisiones y este es uno de los ejercicios más difíciles sin duda, pero la peor decisión no es la que no se toma sino aquella que se toma sin análisis previo, sin considerar alternativas, sin contar con las opiniones de nuestro entorno, sin rigor en definitiva.
Así que dejémonos de tópicos y empecemos a “pensar bien”, en como cambiar los vientos, en cómo iniciar caminos sin un destino absolutamente controlado navegando por los mares de la innovación y los nuevos mercados, y sobre todo tomando las decisiones, cuando sea el momento, no sin antes haber “trabajado” horas, días o meses en considerar de una forma rigurosa las alternativas, los riesgos y las posibilidades.
Tenemos recorridos enormes fuera y dentro.
Fuera, en lo que se refiere a nuevos productos y mercados de la mano siempre de la Innovación, y esto no es un tópico aunque ahora no se hable de otra cosa.
Dentro, mediante técnicas de Dirección por Objetivos y huyendo del café para todos, fórmula que nos ha llevado donde nos ha llevado, aplicando en su lugar políticas que involucren a los empleados de una forma total con el proyecto, implantando sistemas retributivos modernos, igualitarios, sostenibles y comprometidos.
Saludos
Francesc
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