sábado, 27 de abril de 2013

Ethical LEADERS – Ethical LEADERSHIP

Necesitamos creerlo,  pero no desde una ingenuidad de la que se nos podría acusar siendo ya mayorcitos, sino desde el convencimiento profundo de que no hay otro camino.
Sin líderes u organizaciones que hagan de la ética su bandera y sin un liderazgo ético no saldremos adelante y lamentablemente no estoy hablando de la crisis, que durará lo que dure,  sino de todo en general. 
En las escuelas de negocios deberíamos invitar menos “gurús” de los que tienen acciones en Microsoft o Apple y más pensadores de visión amplia que se atrevan a decir algunas verdades que aquellos no se atreven.
Hace unos años asistí a unas charlas con Josep Mª Soler, Abad de Montserrat, que me impactó. Sus palabras, en estos momentos de desconcierto, me parecen de gran interés y rabiosa actualidad...

Estamos viviendo unos momentos en los que la pregunta de moda es: “qué hay que hacer?”, “cómo salimos de esta?”, pero no sé si somos suficientemente conscientes de que el problema es más grande, pero… mucho más grande.
Cuando hablamos del estado de bienestar, de la recuperación, de la crisis, sin quererlo nos estamos refiriendo a lo que lamentablemente hemos considerado “bienestar”,  muy lejos de lo que parece que sería una definición más adecuada.

Soler lo expresa muy bien cuando dice: La economía del bienestar es algo más que el bienestar económico. El bienestar de la persona es un "bien-estar" que comprende todos los aspectos de la persona: materiales, sociales, culturales y espirituales”.
O algo tan potente como: “… en un mundo cada vez más interdependiente la falta de solidaridad puede resultar suicida”.
El hombre lo subjuntiva con la palabra “puede” pero yo lo calificaría de obviedad.

También nos dedica una fuerte reprimenda cuando explica de forma clara lo que está sucediendo para que ese malentendido “bienestar” se mantenga, aunque lo exprese en un modo interrogativo que nada tiene de “pregunta”:
“Desde el punto de vista del desarrollo sostenible, ¿es generalizable a todo el planeta la forma de vida de las sociedades más ricas? o ¿es que existe el acuerdo tácito entre las grandes potencias del mundo en el sentido de que el mantenimiento del status quo exige el precio de dejar en la miseria más absoluta, aunque sea a costa de la muerte de millones de personas, algunas zonas del planeta? ¿Las poblaciones excluidas del desarrollo que disfruta una minoría lo aceptarán sin reaccionar violentamente, sobre todo cuando no tienen nada o muy poco que perder?...”
Muchos estudiosos comienzan a advertir  que la estabilidad y la prosperidad de las sociedades postindustriales exige la potenciación de hábitos de reciprocidad y de confianza entre los agentes económicos y sociales”.

Y como siempre, yendo de lo general a lo particular, después de hablar del “planeta”, que nos queda tan cerca y tan lejos a la vez, podemos hablar de las empresas. También para ellas hay importantes reflexiones del Abad como cuando dice:
Todo contrato debe ser ajustado y ejecutado de buena fe. No cuesta darse cuenta de que toda la actividad económica depende de una cierta ética del respeto de los contratos. Estoy diciendo una obviedad, pero la confianza recíproca sigue constituyendo un requisito imprescindible para las sanas relaciones comerciales. Si no hubiera una inmensa mayoría que actuara desde la confianza sería el caos económico”.
Y aun más:
La sospecha generalizada llevaría al colapso la capacidad de interacción humana.”
… para reflexionar.

Quiero decir que conozco muchísimos lideres y emprendedores, grandes personas y grandes empresarios que se mueven en el entorno económico de sus empresas con una ética exquisita, defendiendo sus valores y sumando sus equipos a esa forma de hacer, pero de la misma forma debo reconocer y no descubro nada, todo lo que queda por hacer a nivel de muchas de las grandes empresas, las que manejan todo, lideradas en algunos casos por lo más alejado de lo que sería un “líder ético”.

Lo explicaba muy bien Joan Tugores en una conferencia en AMEC a la que le invitamos a hablar de “lo que quisiera”, cuando decía que el mundo había evolucionado de tal forma que las decisiones y los poderes que inicialmente radicaban en la tribu primero, las ciudades después y los estados más tarde, se encontraban ahora, lamentablemente, en manos de las grandes corporaciones financieras que han arrebatado a los estados incluso las decisiones políticas siempre condicionadas por los propios estados financieros.

Hace unos años, cuando me ocupaba de unas plantas cerámicas grandes consumidoras de energía, tuve la ocasión de conocer de cerca el mercado de las emisiones porque me tocó calcular, y no equivocarme en los consumos a riesgo de tener que comprar derechos en el mercado a precio de oro si al final no llegaba, las necesidades de mis plantas. La conclusión, sin entrar en detalles, es que lo de Kioto es de pura risa y asistimos diariamente al ridículo espectáculo de ver como los países más consumidores (más contaminantes) se niegan sistemáticamente a firmar nada mientras yo me peleo con mis derechos de emisión en una fábrica en Portugal.
Y así vamos.

Cerrando con una frase de Soler  y ahora a título individual:
Hay que superar la desvinculación que viven muchas personas y que las lleva a no asumir responsabilidades personales pensando que es el Estado quien debe afrontar los problemas, y que les lleva a exigir muchos derechos y a rehuir los deberes.”
“Es imprescindible restablecer en el ámbito de la opinión pública el debate sobre los valores, no tanto ya en el sentido de unos límites formales que asegurarían las legítimas iniciativas de los individuos, sino proponiendo aquellos valores humanos esenciales que creemos que sería bueno compartir de la manera más amplia posible
.”

Se hace difícil escribir esto cuando esos estados que dan la cara por las grandes corporaciones, que, como dice Tugores, son las que “mandan”, tienen también tanto que decir y hacer, pero, aun así, el mensaje es que mientras seguimos trabajando para mejorar esto no “esperemos” para hacer cosas. La sociedad civil tiene un papel fundamental en la calle que se manifiesta en formas como las últimas Iniciativas Legislativas Populares, Plataformas reivindicativas que no se rinden, Fundaciones y Oeneges “de verdad”, o cientos de voluntarios que resuelven casos particulares cada día.

Nosotros, en nuestras empresas, podemos poner también nuestro granito de arena practicando y fomentando comportamientos éticos, no especulando con las personas, estableciendo vínculos de compromiso con los empleados, respetando el entorno y estableciendo relaciones a largo plazo con clientes y proveedores con nuestros mismos valores, aunque a veces nos pueda parecer que somos un poco ingenuos por no sumarnos a la fiesta.

Saludos
Francesc

3 comentarios:

  1. ¿Cuanto tiempo tendrá que transcurrir para llevar a la practica esa regeneración necesaria de la que hablas?
    No soy pesimista porque nunca lo fui, pero si pragmatico y realista. En un mundo tan interrelacionado como el actual, ¿ como ponernos de acuerdo para que pase a un segundo plano el interés personal y a un primer plano esos principios éticos y ese comportamiento que nos llevarian a ese "bien-estar"?

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  2. A veces pienso que no lo conseguiremos del todo , la verdad, porque es fácil caer en el desánimo , pero espero que toda esta movida sirva para despertarnos a todos y empezar a trabajar en serio por el buen camino.
    Muchos gobiernos tendran que cambiar y tendremos que romper algunos esquemas, seguramente necesitaremos tiempo,pero no habra más remedio.
    No nos cansemos de insistir en la necesidad y hacer bandera.
    De verdad ... no me siento ingenuo por hacerlo, creo que es mi obligación.

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  3. .
    Hola Francesc.
    .
    Las grandes corporaciones son el escudo con el que se protegen los indolentes y los delincuentes. Siempre hay una persona decidiendo. El ente abstracto no existe per se.
    Pero al esconderse detras de ese escudo actuan con total impunidad, y soslayan actuar de forma ética.
    .
    Como bien dices nosotros podemos en la medida de nuestras posibilidades recuperar estos valores, pero lo más importante es poner en evidencia a los que se los saltan porque si actuan así es porque nadie los ilumina con el foco.

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